Los caseríos son parte integral del patrimonio cultural de Bizkaia. Rehabilitarlos significa preservar la historia y las tradiciones, manteniendo viva la identidad local. Este proceso permite que las nuevas generaciones comprendan la arquitectura y el estilo de vida de sus antepasados, contribuyendo a la conservación de la cultura. Estos edificios no sólo poseen un valor histórico, sino que también ofrecen oportunidades para revitalizar comunidades y fomentar el desarrollo sostenible.
Desde un enfoque arquitectónico y espacial con este proyecto se busca crear un hogar moderno que respete su herencia cultural. Se presta especial atención a la iluminación natural, incorporando grandes ventanales que maximizan la entrada de luz. Estos elementos no sólo iluminan los espacios interiores, sino que también ofrecen vistas panorámicas del entorno natural, integrando el paisaje exterior con el interior de la vivienda.
La luz natural se convierte en un elemento clave del diseño, creando un ambiente cálido y acogedor a lo largo del día. La combinación de espacios diáfanos fomenta la conexión visual y funcional entre las diferentes estancias. Las paredes se minimizan, permitiendo que la luz natural fluya libremente y que los espacios se sientan más amplios y abiertos. Esta disposición también facilita la interacción social, convirtiendo el hogar en un lugar ideal para la convivencia familiar.